Un informe del Instituto Español de Oceanografía, con sede en Vigo, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología y datado el 24 de marzo confirma los peores temores de las cofradías gallegas: en una amplia zona comprendida entre el límite norte de las Rías Bajas y las cercanías del Cantábrico, el 77% de las capturas realizadas con redes de arrastre estaban manchadas de fuel y no podrían ser comercializadas.

Las conclusiones de este documento no dejan lugar a dudas: si se autorizara este tipo de pesca en el área vedada "habría que destruir alrededor de 77 kilos de cada 100 capturados de todas las especies".

El informe indica, además, que "si la flota gallega recuperase su actividad normal en la zona, la apertura de la veda supondría (...) la presencia de fuel en alrededor del 80% de los lances que pueda realizar", dada la alta cantidad de petróleo que permanece en el fondo del mar.

El estudio especifica que no se ha analizado el tipo de hidrocarburo que fue hallado en las pruebas, pero sus autores creen que las probabilidades de que proceda del Prestige "son muy elevadas".

VARIEDADES

Las variedades que se verían más afectadas son la cigala, congrio, gallo, rape, merluza, faneca, raya, sepia, pota, pulpo e incluso jurel y caballa, que suponen el 80% de las especies de interés comercial que se pescan en la zona. Según el documento del Oceanográfico, el fuel podría afectar también al crecimiento y la reproducción de peces como el gallo y la merluza, por lo que han recogido muestras de otolitos y gónadas para elaborar un nuevo estudio.

El informe concluye que "hay presencia de fuel en todos los estratos y profundidades" estudiadas.

Sus datos coinciden con los de un contrainforme que encargaron los propios pescadores a la Universidad de A Coruña. Aunque este último documento aún no ha sido presentado, el diputado del BNG Carlos Aymerich adelantó ayer que las conclusiones de ambos estudios coinciden en señalar la alta contaminación de la zona.