Numerosos restos humanos y cadáveres completos sin sepultar, que corresponderían a entre 100 y 300 muertos, han aparecido en el cementerio de Son Coletes en Manacor (Mallorca) dentro de dos salas que llevaban años cerradas a cal y canto, según informó ayer el ayuntamiento a través de un comunicado. Los responsables del consistorio ya han puesto el caso en conocimiento de las autoridades policiales y judiciales.

Dos concejales del actual gobierno, que lidera Miquel Oliver (Més-Esquerra), encontraron los cuerpos por casualidad hace unos días, a raíz de una visita al cementerio para conocer de primera mano el estado actual del camposanto. Durante el recorrido se toparon con una sala tapiada. Al parecer, el anterior funcionario del cementerio murió hace dos años y su sucesor nunca tuvo las llaves de esta dependencia, por lo que decidieron forzar la puerta con una palanca, ya que nadie en el consistorio tenía las llaves.

En el interior había numerosas cajas llenas de huesos, muchas de ellas sin identificar. Ante tan macabro descubrimiento, y dado que había otros espacios tapiados, también los abrieron y hallaron otra dependencia con cadáveres enteros amontonados, algunos momificados y otros ya en forma de esqueleto.

La hipótesis que se sopesa desde el ayuntamiento es que tanto los cadáveres como los restos óseos se depositaron en estas salas a principios de los años 80, cuando se llevó a cabo la gran reforma y ampliación del camposanto. En principio tenía que ser una medida temporal, pero por causas que se desconocen los cuerpos nunca volvieron a sus nichos.

«Parece que estamos ante un caso de mala praxis. Todo indica que los cuerpos que fueron trasladados con motivo de las obras de 1982-1983 no se devolvieron a los nichos una vez finalizadas», detalla el ayuntamiento.