Un informe del Colegio de Médicos de Madrid, encargado por el juzgado número 7 de Leganés (Madrid), sobre 72 historias clínicas de pacientes del Hospital Severo Ochoa de esa población con "patologías muy graves y una expectativa de muerte a muy corto plazo", concluye que en 34 casos las sedaciones terminales fueron innecesarias o estaban contraindicadas. La Consejería de Sanidad de Madrid cesó a varios responsables del centro en el 2005 tras recibir dos denuncias anónimas de sedaciones irregulares.

El trabajo sostiene que en algunos casos se han realizado sedaciones "con dosis injustificadamente altas de medicamento y en asociaciones potencialmente peligrosas, lo que ha provocado situaciones de riesgo innecesario adicional de muerte por depresión respiratoria". Aun así, "no es posible afirmar o negar con certeza absoluta si la causa de la muerte en alguno de los pacientes sedados fue la medicación administrada".

La investigación detalla que en 34 casos de los 72 estudiados se han detectado "una mala práctica médica". "Existen 20 casos en los que se ha hecho sedación que, por estar en coma profundo, eran innecesarias", señala el trabajo.