El último hallazgo del equipo del científico catalán Joan Massagué --cómo el cáncer de mama logra extenderse al pulmón y, lo que es más importante, cómo inhibir su desarrollo-- es de gran relevancia y resulta muy esperanzador para las pacientes con este tipo de tumor, del que cada año se diagnostican en España 15.000 nuevos casos. Al menos así lo cree el presidente electo de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Ramón Colomer, quien espera que el estudio tenga aplicaciones terapéuticas "pronto", aunque queda "un largo recorrido por hacer".

Colomer manifestó ayer que la investigación abre la puerta al "desarrollo de tratamientos personalizados basados en la medicina genética". En su opinión, el principal logro es haber descubierto que con unos fármacos "novedosos" se puede impedir que unos genes "cumplan su función" y evitar así que aparezca metástasis en el pulmón. No obstante, recalcó que "impedir que se manifieste un gen no es suficiente" y que aún no se ha probado la técnica en humanos. En este sentido, advirtió que los fármacos empleados "suponen algunos riesgos" y ha causado "algunos problemas en los comités éticos de los hospitales".

Por su parte, Montserrat Sánchez Céspedes, jefa del grupo de cáncer de pulmón del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), subrayó que "el trabajo ha identificado unos marcadores abordables desde el punto de vista farmacológico y los resultados son alentadores". Las metástasis en pulmón y huesos son de las más habituales en pacientes con cáncer de mama. "Son el efecto que mata al paciente con cáncer, más que el tumor en sí", subrayó.

El jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y hasta hace poco jefe del grupo de cáncer de mama del CNIO, José Palacios, añadió que podría ser aplicable "a más corto plazo" que otros que aún se tienen que llevar al terreno clínico.