Quién dijo que la ley contra la violencias sexista sería una panacea? Nadie. Sin embargo, los últimos asesinatos de mujeres han reabierto el debate sobre cómo combatir las agresiones machistas. El Gobierno y los expertos insisten en que hay que dar un margen de tiempo a la norma, que entró en vigor en enero del 2005 tras ser aprobada por unanimidad en el Parlamento. A pesar de estar de acuerdo con que el machismo es un cáncer que solo se erradicará a largo plazo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) va más allá y asegura que hacen falta unos 12.000 agentes para proteger más y mejor a las víctimas.

En la actualidad, hay algo más de 1.300 agentes (entre policías y guardias civiles) dedicados en exclusiva a custodiar a maltratadas. José Manuel Sánchez Fornet, portavoz del SUP, recordó ayer que el sindicato ha reclamado en numerosas ocasiones la creación de unos equipos de contravigilancia idénticos a los que hay para combatir el terrorismo etarra. "Lo pedimos con el PP y lo hemos vuelto a pedir con el PSOE", dijo. En ambos casos la respuesta fue idéntica: "No. Demasiado caro".

Sánchez Fornet añadió que, en la actualidad, los agentes no patrullan las calles en coches camuflados y observan cada movimiento del agresor y la agredida sino que se limitan a tener un teléfono, al que las mujeres adjudicadas --que pueden ser cinco o 60-- llaman cuando están en peligro. "En lo que tardamos en ir ya pueden estar muertas", aseguró.

52 ASESINADAS HASTA AGOSTO En lo que va de año, 52 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o ex. La cifra supera a la registrada en el mismo periodo del año pasado. Ante el repunte de los asesinatos, la secretaria de Estado de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, insistió en que hay que dar una oportunidad a la ley. El machismo está, en su opinión, tan arraigado en la sociedad que solo desaparecerá a largo plazo y anima a las mujeres a denunciar ante los jueces y la policía su calvario. De las 52 asesinadas, solo 15 habían presentado denuncia previa.

Las organizaciones de mujeres también defienden a capa y espada la eficacia de la ley contra de la violencia sexista.