Demasiadas información hospitalaria. Olor a enfermedad y a desinfectante. Si los comentarios de estas páginas son alucinógenos, los de la tele llevan al brote psicótico. El miércoles mataron y resucitaron a Rocío Jurado en una hora. Ni los apóstoles recogieron en los evangelios un milagro tan concluyente.

La vergüenza del periodismo. Los espectadores merecen respeto. El coro del teatro griego es un orfeón de histéricos. No son periodistas. ¿Entonces? En la isla de Nueva Guinea han descubierto nuevas especies. Los taxonomistas deberían enviar una expedición a los platós para clasificar a las criaturas. Por la noche, cuando las lámparas votivas se apagan y la sangre ha sido recogida, dan los últimos informes en Gente, de TVE.

Tampoco la familia de Rocío Jurado ha sido de ayuda. Informaciones contradictorias. ¿Informaciones? Chismes, rumores, cuentos. Las historias clínicas siguen. Raquel Mosquera, dejará la clínica y la enfermedad rondará otra vez los platós.