Los ingresos en prisión por delitos de tráfico, sobre todo por conducir bajo los efectos del alcohol o sin carnet por la pérdida de los puntos, han aumentado de forma significativa en los últimos años. La Fiscalía General del Estado estima que en el 2012 pasaron por las cárceles españolas más de 2.000 personas condenadas por este tipo de conductas. El incremento "alarmante" de presos está asociado, según esta institución, al crecimiento de los infractores multirreincidentes, generalmente con problemas de adicción al alcohol o a drogas ilegales. La fiscalía también detecta en el colectivo "graves déficits económicos o culturales".

La solución que apuntan los expertos es atacar el problema de base, la dependencia, ofreciendo a los penados programas específicos para combatir la adicción. Es decir, que la pena no sea solo preventiva o disuasoria, sino también reeducadora.

La memoria de la Fiscalía General del Estado destaca el alza en el 2012 de la cifra de presos cuyo delito principal es contra la seguridad vial, fundamentalmente por conducir intoxicado o ponerse al volante del coche sin carnet por la pérdida de todos los puntos. El 1 de enero del 2012 había 760 internos por delitos de tráfico y el 1 de diciembre del 2012, 1.107. Si se tiene en cuenta que las penas por alcoholemia o conducir sin carnet no exceden de seis meses de prisión, la fiscalía deduce que los reclusos cumpliendo condena en enero no son los de diciembre y, por lo tanto, la población reclusa acumulada el año pasado "excede" de los 2.000 presos.

Esta tendencia al alza se está consolidando en el 2013. Según los datos estadísticos de la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, el pasado mes de enero había en España 1.270 encarcelados por delitos de tráfico y en agosto, 1.464.

PENAS MAS DURAS "En materia de seguridad vial se han ido endureciendo las penas e incluyendo delitos. Si hay reincidencia, alcoholemia en aire espirado superior a un miligramo por litro es delito a partir de 0,6 o lesiones graves se suele pedir una pena de prisión de tres a seis meses", explica Isabel López, responsable de seguridad vial de la Fiscalía de Barcelona. Esta condena puede ser sustituida por medidas alternativas, pero si se producen tres condenas por el mismo delito, el infractor corre el riesgo de ingresar en la cárcel.

"El endurecimiento es sistemático en cuanto a la intensidad de las sanciones de tráfico, tanto a nivel administrativo como penal, cuando en realidad en la reincidencia el eje debería situarse en la prevención y las medidas terapéuticas", considera el abogado Daniel Vosseler, experto en seguridad vial. "Debería haber más prevención y educación en las escuelas, con programas obligatorios. Que los niños conozcan los riesgos que implica conducir", señala.

Los españoles, sin embargo, cada vez son más conscientes de que no se debe conducir bebido y de las consecuencias, no solo trágicas sino también judiciales, que puede comportar esa actitud. "Es importante la labor de concienciación colectiva y la responsabilidad que la gente está asumiendo", destaca López. Por primera vez desde la entrada en vigor de la ley del 2007, que endureció las penas y amplió los delitos, en el 2012 el número de procesos judiciales incoados disminuyó sensiblemente respecto al año anterior (de 140.650 en el 2011, 118.186 el año pasado). El descenso fue más pronunciado en los delitos de conducción embriagada (de 84.352 pasaron a 73.778) y conducción sin carnet (de 49.267 pasaron a 37.993).

CONJUNTO DE FACTORES La Fiscalía General del Estado apunta a la mayor sensibilidad de los ciudadanos respecto de los riesgos asociados a la conducción y de la necesidad de respetar las normas de tráfico. A esta circunstancia, a su entender, se suman las consecuencias de la crisis económica que atraviesa el país y que provoca un uso notablemente menor y "más responsable" del vehículo por parte de todos.

Para sostener esta tesis, la fiscalía detalla en su memoria que el seguro del automóvil cerró el 2012 con una caída de ingresos por primas del 5,8% y una reducción del 15% en el consumo de hidrocarburos para la automoción desde el 2007. El año pasado, además, se produjeron 364,8 millones de desplazamientos de largo recorrido, un 4,5% menos respecto del 2011. "Si eliminamos elementos de riesgo, es normal que los delitos disminuyan. No solo se conduce menos, sino que también se bebe menos en los locales de ocio por la crisis", sentencia Vosseler.