El Reino Unido se lleva la peor parte. Miles de personas que no pudieron viajar el sábado pasaron la noche en los aeropuertos londinenses de Heathrow y Gatwick, y seguían ayer retenidas toda vez que el temporal impedía aún a las terminales operar con normalidad. De Heathrow, por ejemplo, estaba previsto que despegaran tan solo siete vuelos, y, como el sábado, los aviones con destino a Londres fueron desviados a otras ciudades; dos Boeing de British Airways de EEUU tuvieron que ser desviados a Reikiavik.

El temporal de nieve también ha llevado el caos a las carreteras y al sistema ferroviario. Los Eurostar circulaban con cuentagotas y las imágenes de carreteras colapsadas estaban en portada de todas las ediciones on line de la prensa. La situación, por segundo año, ha desbordado de tal manera las previsiones, que el Gobierno ha encargado un informe para evaluar la posibilidad de reformular el sistema de prevención. Y hoy volverá a nevar.