En primer lugar, unas notas sobre el Hellboy que vemos a partir de este fin de semana en nuestras salas. En los últimos días las redes se han llenado de comentarios acerca de la versión light de la película de Neil Marshall que se estrena en España. La calificada R en Estados Unidos ha sido aligerada considerablemente para llegar a un público más amplio, con lo que se ha perdido el carácter de blockbuster transgresor que pretendían el director y los productores, aunque también es verdad que esta versión blanqueada cuenta con la aprobación de los máximos responsables del filme. El dinero es el dinero. Pero hay otro aspecto importante: la censura, de un modo u otro, sigue existiendo.

El lector interesado puede ver en internet una comparativa entre el tráiler estadounidense y el español. Las escenas más gore del original han sido aligeradas o modificadas, desde miembros cercenados, explosiones de sangre en primer plano o la sanguinolenta mutación de las uñas de uno de los personajes cuando se transforma en una bestia. Digitalmente se han eliminado imágenes como la de una espada entrando por el cuello de un personaje y saliendo por su cabeza. Pero no solo eso: la secuencia de sexo entre Hellboy y Alice ha desaparecido del montaje español.

Así las cosas, resulta difícil evaluar esta nueva aproximación cinematográfica al personaje ideado por el dibujante y guionista de cómics Mike Mignola. De aquí a tres o cuatro meses, cuando salga la edición en Blu-ray y DVD y tengan a bien rescatar el montaje original, será conveniente volver sobre el tema y comprobar en toda su magnitud la salvajada entre gore y espada y brujería orquestada por el director de Dog soldiers y Centurión.

En segundo lugar, unas notas sobre Mike Mignola, el creador de este superhéroe tortuoso surgido del infierno en la época de los nazis, de cuerpo pétreo y rojizo, manaza derecha gigante, larga cola y cuernos satánicos convenientemente recortados y pulidos. Hellboy apareció en 1993 y fue uno de los buques insignia de Legend, la división del sello editorial Dark Horse creada por John Byrne, Frank Miller, Geof Darrow, Art Adams y Mignola; el logo, inspirado en las estatuas de la Isla de Pascua, lo dibujó Mignola. Funcionó de 1994 a 1998, y sus series principales fueron Sin City (Miller), Concrete (Paul Chadwick), Monkeyman and O’Brien (Adams) y Hellboy.

El éxito de Hellboy generó diversas colecciones paralelas o relacionadas con aquella, en igual línea de fantasía pulp, narrativa gótica y leyendas balcánicas: Abe Sapien, Lobster Johnson, Baltimore, Joe Golem detective de lo oculto, Witchfinder, The visitor, Sledgehammer 44, Rasputín, Koshchei, Crimson lotus y, sobre todo, B.P.R.D. (Bureau of Paranormal Research and Defense), en su traducción al español A.I.D.P. (Agencia de Investigación y Defensa Paranormal), que el pasado abril concluyó tras 162 entregas.

Hellboy ha devorado a Mignola, genial talento del claroscuro, el color pictórico y el trazo en apariencia sencillo o desgarbado, muy atmosférico sobre todo en la recreación de la Europa del Este y balcánica de principios del siglo XX. Pero conviene recordar algunas de sus otras obras, caso de Gotham by gaslight (1989).

Mignola comenzó su relación con el cine en 1992, cuando dibujó en comic book del Drácula de Francis Ford Coppola. Después hizo diseños para la producción de Disney Atlantis: el imperio perdido (2000) y fue el consultor visual de Blade II (2002) de Guillermo del Toro. Congeniaron bien, así que cuando Mignola quiso trasladar Hellboy al cine, ¿quién mejor que el director mexicano, amante como él del pulp, Poe y Lovecraft, la serie B, el ocultismo, el esoterismo, la brujería, la magia negra practicada por los nazis, los fenómenos paranormales y el cine de monstruos?

Hellboy (2004) y Hellboy II. El ejército dorado (2008) pertenecen tanto al universo del dibujante como al del cineasta. Interpretado por Ron Perlman, el personaje mantiene el sentido irónico de la vida pero los rivales y situaciones a las que se enfrenta son más espectaculares, caso de la pelea en el escenario giratorio del segundo filme.

A Guillermo del Toro le van las figuras contradictorias, caso de Blade, mitad humano mitad vampiro, y Hellboy, mitad diablo mitad terrestre. Sus dos películas, con todo, están en las antípodas de la violencia gore.