The Eagle es el pub más famoso de la historia de la ciencia. Está en Cambridge, y en los años 50 era un cenáculo donde investigadores de altos vuelos dirimían sus dudas con soda y cerveza. Su momento de gloria le llegó el 28 de febrero de 1953, hace hoy medio siglo, cuando el suave rumor fue interrumpido por la entrada apresurada de Francis Crick, un investigador del Laboratorio Cavendish. "Hemos hallado el secreto de la vida", clamó a la clientela. Así lo cuenta su compañero James Watson en un libro muy recomendable, La doble hélice , y así lo recuerdan los otros presentes. Había empezado una revolución científica.

Lo que habían logrado el británico Crick y el norteamericano Watson era descifrar la estructura de la molécula de la vida: el ácido desoxirribonucleico (ADN), el soporte químico donde reside la información hereditaria (los genes).

La investigación vio la luz en un artículo, hoy célebre, publicado dos meses después por la revista Nature : "Deseamos sugerir una estructura para el ácido desoxirribonucleico. Esta estructura tiene aspectos novedosos que son de un interés biológico considerable...". El texto lo había mecanografiado la hermana de Watson (biólogo británico), que se hallaba en Cambridge de visita; el modelo a escala era obra de Odile, la esposa de Crick. Los dos investigadores habían trabajado con pocos medios durante 18 meses.

En España, por cierto, "el hallazgo pasó casi inadvertido, reflejo del tradicional desprecio por la investigación", como recuerda Francisco Fernández Buey, profesor de Historia de la Ciencia en la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Años después, La doble hélice también "pasó sin pena ni gloria por las librerías".