Eran las dos de la mañana. Un hombre entró en un bar, muy nervioso, y se dirigió al camarero. Este, que le conocía del barrio en que uno trabaja y el otro vive, escuchó de sus labios una terrible confesión: "le parecía" que había matado a su pareja. El camarero se puso en contacto con la Policía, que acudió al domicilio y comprobó que sobre la cama yacía una mujer de 29 años, que estaba muerta. El hombre, de 30 años y natural de Portugal, fue detenido. No existían contra él denuncias por malos tratos. Con esta mujer, con la que vivía el hombre, la cifra de féminas asesinadas por sus parejas este año asciende a 51, tras concentrarse hasta cuatro crímenes en seis días.

El asesinato se produjo a las dos de la madrugada del jueves. Para los vecinos de la mujer, esta muerte ha sido tan solo una relativa sorpresa. Según explicaron, los ruidos y las quejas que procedían del piso en que vivía la pareja eran constantes. De hecho, el presidente de la comunidad de vecinos, Jesús Rad, indicó a los periodistas que se advirtió a la mujer, aunque no se llegó a presentar denuncia.

Rad explicó que la mujer había empezado a frecuentar "malas compañías" tras las muerte de su padre, que vivía en un piso contiguo al que ella tiene ahora en alquiler. Como ya informó la Policía, el presidente de la comunidad de vecinos indicó que anteriores parejas de la fallecida también eran problemáticos.