EL PARRICIDA , un comerciante de 66 años residente en un suburbio de lujo de Sao Paulo, mató a tiros a sus descendientes, de 16, 15 y 5 años, respectivamente, y se suicidó a continuación. Según algunos vecinos, el asesino no había encajado la decisión de su esposa de solicitar el divorcio hace tres meses.