El drama de la violencia familiar vivió ayer uno de sus capítulos más trágicos en la localidad murciana de Yecla, donde un hombre mató a su esposa y a sus dos hijos, de 6 y 9 años, y luego se suicidó. El parricida utilizó un cuchillo de grandes dimensiones para acabar con la vida de su familia y después llamó a la Policía para alertar de los crímenes. Cuando los agentes llegaron a la vivienda se voló la cabeza con una escopeta. Tras este suceso ya son 30 las mujeres que han muerto a manos de su pareja o ex pareja y seis los menores víctimas de la violencia familiar.

A las nueve y media de la mañana un hombre de unos 40 años, llamó a la Policía para informar de que había matado a su mujer y a sus hijos y que iba a suicidarse. Los agentes acudieron hasta el lugar de los hechos, y en su presencia, el parricida se quitó la vida disparándose en la cabeza con una escopeta.

DISTINTAS ARMAS Tras el examen de los cuerpos y de la escena del crimen, los agentes constataron que para matar a su esposa y sus dos hijos no utilizó la escopeta, sino un cuchillo de grandes dimensiones. Según una información de la Cadena Ser recogida por otr/press, el asesino dejó una nota escrita cuyo contenido no ha trascendido.

El terrible suceso ha conmocionado a los familiares, que están recibiendo asistencia psicológica. La directora del Instituto de la Mujer de la Región de Murcia, Teresa Moreno, aseguró que los servicios de atención a las mujeres víctimas de violencia de género no tenían constancia de que la mujer asesinada hubiera solicitado algún servicio.

Con este suceso ya son treinta mujeres las que han muerto a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de 2008, el número de menores muertos por violencia familiar se eleva a seis y ya supera al total registrado en 2007, con cuatro víctimas.