Un policía local murió y un guardia civil resultó herido leve, tras los disparos de escopeta realizados por un hombre, que se atrincheró toda la noche en su domicilio de Sueca y que, tras permanecer en él casi once horas, acabó entregándose a las fuerzas de seguridad ayer por la mañana.

El autor del asesinato, Felicisimo Maidé, de 40 años, ha ingresado en la prisión de Picassent (Valencia) tras prestar declaración en el Juzgado de Sueca, informó el subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Felipe Martínez.

Los hechos sucedieron el sábado alrededor de las diez de la noche, cuando Felicísimo Maidé, de 40 años, tras haber tenido un altercado con su esposa, a la que acusó de haberle sido infiel, se atrincheró en su domicilio armado con una escopeta automática de caza con la que disparó y mató al agente de la policía local, Tomás Catalá, de 35 años, según señaló Luis Felipe Martínez. El agente tenía una hija de tres años y llevaba once años en el cuerpo.

El citado agente fue alcanzado por el disparo cuando bajaba del coche patrulla en que acudía a una llamada de emergencia que habían realizado la mujer y la hija, de 18 años, del agresor y en la que denunciaban que este había anunciado su decisión de quitarse la vida en el domicilio familiar del número 17 de la calle Alfonso El Magnánimo.

EN LA CALLE El cadáver del policía permaneció tirado en la calle cerca de siete horas hasta que los grupos especiales de intervención de la Guardia Civil resolvieron la situación, ya que el agresor se apostó en una ventana de su casa y amenazaba con matar con una escopeta a todo el que se acercara.

El policía asesinado, cuyo turno de trabajo terminaba a las 22.00 horas del sábado, efectuó su intervención en el suceso cinco minutos antes de que finalizada su jornada.

Desde su casa, Felicísimo Maidé, que lleva 19 años casado, afirmó telefónicamente: "He matado por amor y voy a llegar hasta el final. Si salgo de aquí será con los pies por delante".

Maidé dijo que en un principio creía que solo "había herido a un policía" y al informarle de que lo había matado, comentó que había disparado "en defensa propia, porque a mí me han disparado también, y tengo un tiro que ha penetrado en mi casa y ha roto la escayola del techo".

En su conversación telefónica, el agresor trató de justificar su actitud porque su mujer, dijo, le había engañado "con otro que conoció por la red (internet) y con el que estuvo este verano en un hotel de Salamanca".