Hong Kong, uno de los principales focos de la epidemia de neumonía asiática, se enfrenta no sólo al continuo aumento casos (ayer ya había 842 infectados, de los que 22 han fallecido), sino también al miedo entre la población a contraer la enfermedad. La psicosis colectiva ha provocado ya denuncias por discriminación después de que muchos hoteles hayan prohibido el acceso a clientes chinos de Hong Kong.

Los chinos, por ejemplo, no pueden alojarse ahora en los establecimientos turísticos por miedo a un contagio. Pero ésta no es la discriminación más grave. Algunos médicos de la antigua colonia británica se niegan a visitar o tratar a pacientes con fiebre alta si antes no disponen de un certificado de un hospital.