Casi 2.000 controladores tienen hoy en sus manos una decisión trascendente, no solo para su futuro laboral, sino también para las vacaciones de miles de españoles. La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) ha convocado una asamblea nacional en la que los inspectores del tráfico aéreo decidirán si van o no a la huelga en protesta por las decisiones adoptadas por Fomento para rebajarles el sueldo y quitarles privilegios, especialmente ante el último decreto que regula las jornadas y descansos del colectivo.

El portavoz de USCA, César Cabo, no se atrevió ayer a predecir qué decisión tomarán sus compañeros, pero advirtió de que la convocatoria de uno o varios días de huelga es factible porque el "malestar muy grande". "El Gobierno nos empuja a ir a la huelga", sostuvo, aunque para apaciguar los ánimos aclaró que no habrá un paro salvaje sino que se cumplirán los servicios mínimos.