Más de 400 grúas de toda España se manifestaron ayer por Bilbao para reclamar a las aseguradoras un aumento de las tarifas por la retirada de vehículos. El paro, que dura ya 22 días, está convirtiendo las carreteras vascas en un "cementerio" de al menos 4.000 vehículos accidentados y averiados.

El conflicto, que amenaza con extenderse a otras comunidades, ha obligado a la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya a estudiar fórmulas extraordinarias para retirar los 4.000 coches que aguardan en los arcenes.

Los gruístas, que llevan ya tres semanas de paro y se reunirán mañana con la asociación Unespa, afirman que llevan 15 años bajando las tarifas por retirada de coches.