Un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha identificado las secuencias más antiguas que se conocen de ADN no codificante --también conocido como ADN oscuro-- y ha determinado que algunas de ellas están presentes en humanos y en organismos parientes de los corales. Eso significa que esas secuencias han permanecido prácticamente intactas durante toda la evolución. La investigación ha comparado los genomas de múltiples animales y ha desvelado que no solo las proteínas que los construyen, sino también algunas de las instrucciones de cómo y dónde usarlas, están presentes desde hace más de 550 millones de años. El ADN no codificante representa, en el caso de los humanos, el 95% de la información genética. Según Manel Esteller, director del programa de epigenética y biología del cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge "el ADN oscuro es el que posiblemente explicará porqué el ser humano es, con menos genes, mucho más complejo que una planta de arroz".