El Tribunal Eclesiástico de Mallorca decidió ayer expulsar de la Iglesia al sacerdote Pere Barceló Rigo, inmerso en un proceso judicial por tres casos de pederastia. Sin esperar sentencia de los tribunales de justicia ordinarios, el tribunal de la Iglesia sometió a un proceso penal al sacerdote y lo declaró "culpable de la comisión de delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores", según el comunicado colgado ayer en la web del Obispado de Mallorca. En el escrito se califican de "gravísimos los delitos cometidos" y se impone a Barceló "la pena máxima de expulsión del estado clerical, prohibiendo totalmente el ejercicio de su ministerio sacerdotal".

Barceló fue denunciado en enero del 2011 por una joven de 24 años que reveló haber sido víctima de violaciones reiteradas durante año y medio en la vicaría del municipio mallorquín de Can Picafort cuando contaba 10 años y acudía a catequesis. Su abogado, Carlos Nadal, explicó ayer que la mujer no denunció antes los hechos e incluso llegó a negarlos "porque estaba seriamente amenazada". Indicó también que "un catequista sorprendió al sacerdote en una situación comprometida y lo denunció a la Iglesia en 1998, aunque entonces la institución hizo oídos sordos". Al testimonio de esta joven, que superó su miedo y vergüenza a relatar su historia de la mano de la oenegé Rana, que trabaja en el tema del abuso infantil, se sumaron otras dos denuncias. Dos jóvenes más admitieron también haber sido objeto de tocamientos por parte de Barceló cuando eran niñas en otro lugar, Cala Ratjada.

DECLARACION EN EL JUZGADO La Iglesia apartó al sacerdote cautelarmente de la parroquia de Can Picafort ya en marzo del 2011, tras abrir un proceso canónico. El vicario Nadal Bernat instruyó la causa que ha culminado con la máxima condena de la Iglesia, la expulsión. Barceló ya ha declarado en el juzgado de instrucción 3 de Inca, donde el caso se sigue investigando. El sacerdote negó los hechos y reiteró su inocencia. La fiscalía pide para él 18 años de prisión. Las otras dos denuncias por abusos se tramitan en los juzgados de Manacor, aunque la jueza de Inca podría reclamar la unificación en una sola pieza.

La Iglesia de Mallorca ha actuado en el marco de la nueva doctrina de ninguna tolerancia con los abusos a menores, impuesta por el expapa Benedicto XVI, que obliga a la Iglesia a investigar y actuar ante los casos denunciados, así como a comunicarlos a la justicia civil. Los actos del proceso de Mallorca serán remitidos ahora a Roma para la ratificación o no de la resolución emitida en primera instancia y contra la que cabe recurso ante el Supremo Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se trata del primer caso en España en que la Iglesia expulsa de su seno a un sacerdote sin esperar la sentencia de la justicia.

CRITICOS Y DEFENSORES Entre los residentes de Can Picafort se ha encajado la noticia de la condena al sacerdote de una manera desigual. Hay quienes todavía defienden al sacerdote y no dan crédito a las denuncias por la buena relación que han mantenido con él, mientras que a otros no les ha extrañado lo ocurrido y califican al párroco de "sinvergüenza".