El número de declaraciones de la renta del ejercicio fiscal del

2004 en las que el usuario optó por marcar exclusivamente la casilla de la Iglesia católica supuso el 21,86% del total frente al 22,47% del año anterior, según la memoria tributaria del 2004 facilitada ayer por el Ministerio de Economía y Hacienda. La cuota íntegra que recibió la Iglesia a través del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) ascendió a 105,678 millones de euros, lo que supone un 0,3% menos que el año anterior. Las estadísticas oficiales corroboran que dicha cuota va bajando de forma paulativa desde el ejercicio fiscal del 1999.

Ese año, el porcentaje de las rentas en las que salió beneficiada la Iglesia ascendió al 29,36%. Sin embargo, la cuota íntegra fue de 88,5 millones de euros. Al año siguiente, el porcentaje fue del 27,45%. En el 2001, el 22%. La tendencia se rompió en el 2002, año en el que el porcentaje subió al 22,47%.

La cantidad que el Estado deberá dar este año a la Iglesia como complemento hasta llegar a la cifra global fijada --138,6 millones de euros-- no se conocerá hasta que no se sepa la colaboración de los contribuyentes vascos y navarros.

Según la memoria del Ministerio de Economía, el 32,37% de los que decidieron marcar la casilla de otros fines sociales en sus declaraciones, lo que equivalió a 114,272 millones de euros, frente a los 115,237 del año anterior. En el año 1999, el porcentaje de los que sólo marcaron esa casilla era de casi el 30%.

En el 2004, se redujeron de forma mínima los usuarios que marcaron ambas casillas. Del 11,86% se bajó al 11,61%. Mientras, los casos en los que se optó por no señalar ninguna crecieron del 33,03% al 34,16%.

LAS ALTERNATIVAS Desde el año 1999, los contribuyentes pueden optar por marcar ambas casillas, una de ellas o ninguna. En el primer caso, se destina el 0,5% de la cuota íntegra al sostenimiento económico de la Iglesia y el el mismo porcentaje, a la colaboración en otros fines sociales. En caso de no marcar ninguna, el 0,5% se imputa a los presupuestos generales del Estado con destino a "fines generales".

La financiación de la Iglesia es uno de los escollos que mantiene el Gobierno socialista con la Conferencia Episcopal. El Ejecutivo anunció que intentará crear un "clima de confianza" con la jerarquía católica para llegar a la autofinanciación.

Sin embargo, el portavoz de los obispos, Antonio Martínez, ha dicho varias ocasiones que el Estado "no concede fondos graciosamente a la Iglesia", sino que "canaliza las aportaciones libres de los ciudadanos a través de la asignación tributaria".