No me gusta hacer leña del árbol caído. Este solamente ha empezado a resquebrajarse, pero ya hay síntomas de que la estaca caerá. Me refiero a Silvio Berlusconi , llamado ´Il Cavaliere´, pero --por lo que parece-- de caballero no tiene nada. A sus años hacer gala de esa frenética actividad sexual está feo. Sobre todo porque los caballeros de verdad nunca pagan por efectuar la cópula. Y también porque un mandatario de su calibre con la que está cayendo no puede estar pendiente de devaneos, líos de faldas o noviazgos en la tercera edad o la tercera fase. Tampoco es creíble achacarlo todo a su atractivo físico. Es bajito, casposo y tiene un pelo que parece el que tienen pintados los muñecos. Nada es lógico en esta historia en la que el harén parece que se le ha desmandado. Ya pasaron los tiempos de los derechos de pernada. Nada puede justificar las relaciones sexuales con menores. Eso del reposo del guerrero es un cuento chino con el que muchos machistas han argumentado excesos que están tipificados en el código penal. En Barcelona con la feria del teléfono móvil los prostíbulos han aumentado su actividad en un 30%. ¿Qué sociedad tenemos que en cuanto unos ejecutivos están de viaje lejos de sus familias van en cola a las casas de lenocinio buscando mujeres en la frontera de la mayoría de edad? La mujer no debe ejercer en ningún momento un papel de mercadería sexual. Cuando un ser humano pasa a ser cosa se acaba pensándose que es propiedad. La violencia de género tiene sus raicillas en estas creencias tan tópicas. Lo que no entiendo es cómo nadie puede votar a Berlusconi. Refrán: Las mentiras tienen las patas muy cortas.