Los empresarios turísticos de la isla temen que el episodio del buque suponga un tiro de gracia para la alicaída temporada estival de este año, cuando aún no se han recuperado del golpe a su imagen que representó el cierre de tres discotecas por asuntos de droga. Ahora se enfrentan al chapapote mediático que se les viene encima con el hundimiento del Don Pedro. Algunos hosteleros dicen que están perdiendo el 80% de la clientela habitual en estos días.