La directora del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), María José Ordóñez, lamentó ayer que la muerte por violencia machista de una mujer en Villafranca de los Barros haya sido utilizada como "arma política" y advirtió de que esto "genera desconfianza en las víctimas y escepticismo en la sociedad".

En la rueda de prensa para presentar el Proyecto No estás sola , Ordóñez volvió a mostrar la consternación del Gobierno extremeño ante la muerte de esta mujer de 69 años a manos de su marido el pasado domingo en Villafranca de los Barros, lo que supone la primera víctima mortal en lo que va de año en Extremadura por violencia de género.

La responsable del IMEX lamentó que "algún partido o determinados colectivos" hayan "utilizado" este "lamentable" caso de violencia machista como un "arma política" e insistió en que con ello se hace "un flaco favor" a las mujeres que están siendo maltratadas a manos de sus parejas o exparejas.

Según los datos facilitados por el IMEX, los últimos disponibles y que se recogen en estadística del Consejo General del Poder Judicial, en Extremadura se acordaron 164 órdenes de protección a mujeres víctimas de violencia de género en el primer trimestre de 2013. María José Ordóñez, a preguntas de los periodistas sobre el caso de Villafranca de los Barros, especificó, no obstante, que "el sistema taxativo para proteger a una mujer es la privación de libertad" de su agresor.

En ese sentido, reconoció que ni las órdenes de alejamiento ni las pulseras sirven para proteger totalmente a una mujer, porque "no podemos aislarlas" ni "crear una urna" alrededor de ellas y detalló que la muerte de Catalina Tolosa a manos de su marido el pasado domingo se produjo "en un cuarto de hora", por lo que "aunque él tuviera la pulsera, difícilmente hubieran podido llegar los medios para esta protección".

Además, explicó que las medidas de protección a adoptar se marcan en función de los índices de peligrosidad que presenta el agresor, algo que en este caso no se estimó adecuadamente ni siquiera por parte de los hijos de la propia mujer, que eran "una piña alrededor de ella", pues no se pensó que las amenazas y agresiones verbales del hombre "pudieran degenerar en una situación como ésta".

Ordóñez recordó que la mujer había sufrido "agresiones psicológicas a lo largo de toda la vida en común" con el marido, que sólo hace dos meses se denunciaron estas agresiones verbales, insultos, coacciones, y que esto no había llevado a determinar la privación libertad del hombre. "Pasa, ha pasado, es una desgracia para todos, revisamos todos estos protocolos de oficio", pero "no vamos a llegar al cien por cien porque es muy difícil", reconoció la directora del IMEX, que, sin embargo, no quiso trasmitir un mensaje negativo sobre la lucha contra la violencia de género.

También aclaró que se habían desglosado todas las medidas de los servicios del Instituto de la Mujer, por lo que la víctima había recibido atención psicológica, al igual que sus hijos, un servicio que se sigue prestando en la actualidad a los menores de la familia. "Es muy doloroso para toda Extremadura y para toda la sociedad que exista un fracaso como éste, porque es el fracaso del sistema indudablemente", dijo