La jueza Elisabet Castelló ha empezado a interrogar en calidad de imputadas --es decir, ante la presencia un abogado-- a las mujeres que interrumpieron su embarazo en las clínicas del ginecólogo Carlos Morin, al que se le acusa de practicar un número "indeterminado" de abortos ilegales. El secreto de las actuaciones había impedido hasta ahora saber que la semana pasada ya declaró una de estas mujeres.

En la investigación, agentes interrogaron a, al menos, unas 40 clientas de las tres clínicas de Morin, que está en libertad con cargos, según fuentes conocedoras del proceso judicial. Para preservar la identidad de esas mujeres se les asignó un número --como en el caso de los testigos protegidos--, aunque se les obligaba a acudir con un abogado y, por lo tanto, como imputadas.