Qué pronto se nos ha ido nuestro amigo y paisano Guerra.

Se ha marchado de entre nosotros sin hacer ruido, discretamente, en silencio, sin molestar.

Así vivió nuestro querido Guerra y así te llamábamos la familia y toda la gente: Guerra.

Tu ausencia-presencia se nos hace más cuesta arriba ahora. Ya no te vemos entre nosotros. No estás por Cáceres con José Iglesias y Juan Durán, ni con tantos amigos. Tampoco te vemos en nuestro pueblo. Ni en los partidos de nuestro querido Amanecer en las tardes de los domingos.

Te has marchado como has vivido: sencillamente, en paz, sin molestar a nadie, ligero de equipaje. El Señor del Risco te ha acogido en sus brazos amorosos porque fuiste un hombre bueno. Qué fácil y sencillo ha sido para muchos de nosotros ser tus amigos.

¡Fuiste tan buen esposo, padre, hijo, hermano y amigo!

Desde esa otra vida acompáñanos a todos los que te seguimos queriendo.

Francisco Delgado Pulido