Creo que el mayor fallo de la humanidad es su falta de humanismo. De ahí, Manolo, tu excepcionalidad.

Era el curso 1967-68 y yo, un médico ovetense, llegaba a esa desconocida ciudad de Cáceres, y conocía entonces al doctor Martí Valverde como prestigioso especialista en OTR. Pero eso era secundario. Quiero intentar hablar de la persona y ¡qué difícil es describirte Manolo!

Tu actitud y expresión facial irradiaban permanentemente serenidad, cariño y, fundamentalmente, bondad. Pero transmitías algo más. Era como si inocularas a todos esa bonhomía.

Los fines de semana que vivimos en tu casa de la montaña fueron para nosotros, mi familia, claves para hacer que los seis años pasados en Cáceres se convirtieran en los mejores años de mi vida.

Allí, en tu salón, protegidos de ese terrorífico calor cacereño (esta expresión es personal, tú eras feliz con ese calor), hablábamos. Bueno hablaba yo y te contaba mis avatares laborales a los que tú respondías siempre acertadamente, con frases cortas. "Haz José Luis, pase lo que pase, lo que creas y sientas que debes hacer". Y nuestros silencios, esos silencios más expresivos que las palabras. "Lo más importante de lo que se habla es precisamente aquello sobre lo que se calla". Sí, de acuerdo, pero se intuye. Eso es lo importante.

Y cómo te emocionabas con tus hijos. Y la dulzura y clase de Ofelia, tu mujer, llena de cariño y sensibilidad (incluida la artística).

Espe, Ofelita, Guada, Ado y Manuel, tus hijos, no te fallaron. Esas raíces fuertes crearon un árbol fuerte (digamos que era un roble). Y ese roble tiene cinco ramas duras que también crearán otras ramas, pero que dejarán espacio para una ramina ; la ramina asturiana (El roble en Asturias se llama carbayu. Había uno muy grande en el centro de Oviedo. Tuvieron que cortarlo, pero no murió. Desde entonces a los ovetenses nos llaman carbayones).

Decía García Márquez "A los viejos les enseñaría que la muerte no llega en la vejez, sino con el olvido". A esto yo añadiría que creo firmemente que hacer es vivir.

Tú sigues haciendo, haciéndonos mejores día a día. ¿Cómo entonces podemos hablar de muerte? Sigues estando para tu familia cacereña y con esta familia asturiana que te dice ¡Hasta siempre Manolo!... y yo, ¿qué puedo decir a la mejor persona que encontré en mi larga vida?... ¡Hasta pronto amigo!

José Luis del Valle

Médico. Primer rector de la

Universidad Laboral de Cáceres (1967/19668 hasta 1973/1974).