El Palacio de Salazar, sede del Obispado de Tenerife, que data del siglo XVII y está situado en la histórica ciudad de La Laguna, quedó ayer destruido con motivo del intenso incendio que se declaró en su segunda planta. El fuego, que no pudo ser controlado hasta varias horas después de su comienzo, arrasó "totalmente" el edificio, según la alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas. El palacio episcopal albergaba en su interior una importante colección de arte. Aunque las llamas se declararon a media mañana, con muchas personas en el interior del edificio, no hubo heridos de consideración.

El hecho de que la estructura del palacete fuera de madera complicó sobremanera las labores de extinción de los bomberos. Las llamas, cuyo origen pudo estar en un cortocircuito, se extendieron con rapidez por todo el palacio episcopal. Esto provocó que, como primera medida de precaución, se desalojara a los vecinos de los edificios colindantes, entre los que se encuentra la sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Dos helicópteros participaron en las labores de extinción descargando agua todo el día.

LIBROS CARBONIZADOS La librería diocesana, de la que se quemaron dos de sus tres plantas, fue uno de los focos más virulentos del incendio y no dejó de arder hasta la última hora de ayer. Situado en la calle de San Agustín, el obispado era uno de los edificios referentes del casco histórico de La Laguna, declarado por la UNESCO Bien Cultural y Patrimonio de la Humanidad. El inmueble tenía una fachada datada en 1681 y estaba estructurado en torno a un tradicional patio canario.

El presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, que también se trasladó hasta La Laguna, subrayó que es imposible cuantificar las pérdidas económicas causadas por el fuego y señaló que "hay cosas que no tiene precio", informa Efe.

El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, recordó el incendio ocurrido en la iglesia de San Agustín de La Laguna en 1964 y mostró su pesar.