Dando marcha atrás precipitadamente y escoltados por la policía y la Guardia Civil bajo una lluvia de piedras. Así es como se marcharon ayer los efectivos del servicio provincial de extinción de incendios de Sevilla cuando terminaron de sofocar el fuego registrado en una vivienda unifamiliar de la barriada de Las Moreras de Ecija, que se saldó con la muerte de seis miembros de una familia. La indignación de los vecinos al considerar que habían actuado con demora y sin los medios adecuados motivó que un grupo de exaltados se subieran al camión e intentaran linchar a los bomberos. Apedrearon el camión, lanzaron botellas e incluso un vecino golpeó la chapa del vehículo con su propia cabeza.

El incendio ocurrió en la planta baja del número 24 de la calle de Hayas, una barrio sevillano de viviendas sociales para gente humilde. Las primeras hipótesis --apuntadas incluso por un familiar de las víctimas-- indican que uno de los hijos regresó a casa de madrugada y puso en marcha un brasero o un calefactor, que se quedó encendido y prendió posiblemente en una tela.

El humo sorprendió durmiendo a los padres, Antonio Romero y Dolores Prieto, de 59 y 56 años de edad respectivamente, y a tres de sus cinco hijos: Jesús (26), María del Carmen (19 años y embarazada de tres meses) y José María (16 años), así como al novio de la joven, Angel, vecino de un municipio cercano y que pasaba el fin de semana con su pareja. La autopsia deberá confirmar si fallecieron por inhalación de humo o por las llamas, ya que sus cuerpos aparecieron carbonizados.

VERSIONES CONTRADICTORIAS Las versiones sobre lo sucedido difieren en un punto que tendrá que aclarar la policía científica: la hora exacta a la que se inició el fuego. Los vecinos aseguran que sobre las siete de la mañana detectaron que "salía humo" de la vivienda, "pero no llamas", y que alertaron a los bomberos, que, según ellos, no se presentaron hasta las 7.45 horas.

Pero tanto el Ayuntamiento de Ecija como la Delegación del Gobierno en Andalucía niegan esta versión y aseguran que la llamada de alerta se recibió a las 7.35 horas. Intuyen que el fuego pudo comenzar antes pero que no se dio el aviso hasta que algún vecino detectó el humo tiempo después. Dada la cercanía del parque de bomberos al barrio, situados ambos a las afueras de la localidad, a las 7.38 horas ya estaba en el lugar del suceso una dotación de cuatro agentes, según esta versión. Sobre las 7.40 empezaron a actuar y, a las nueve de la mañana, el fuego estaba extinguido sin que se hubiese propagado a otros inmuebles, momento en el que se pudo entrar a la casa.

MEDIOS ESCASOS Pero los residentes se quejaron de que llegaron con escasos medios, "y se podía haber salvado alguna vida, porque aún se escuchaban voces". "Los vecinos han echado más agua que ellos", relataba una mujer, "empezaron a vestirse, una goma por un lado, otra por otro, con las bocas de riego cerradas mientras la gente les decía por donde tenían que colocarlas".

Otro hijo de las víctimas, Manuel, relató que tuvo que instar a los bomberos "a que metieran las mangueras por el patio interior", y que tampoco intentaron acceder por un patio contiguo o cortar alguna de las rejas para entrar en la casa. "Se limitaban a echar agua en la planta baja", lamentó.