Las fuerzas ocultas e incontroladas sobre las que, supuestamente, Isabel II alertó al mayordomo de Diana de Gales, Paul Burrell, podrían haber entrado en acción. La floristería que Burrell posee en Holt, en el norte de Gales (foto izquierda), fue objeto el domingo de un incendio intencionado. La voz de alarma la dio un vecino que a la una de la madrugada vio el establecimiento en llamas. Los bomberos tardaron media hora en controlar el fuego. Burrell (en la foto derecha con su mujer e hijos) se personó en el lugar para comprobar los daños. La policía ha abierto una investigación.

En revelaciones a la prensa, Burrell explicó que la reina le advirtió de que tuviera cuidado, aludiendo a posibles represalias de los servicios secretos. Nadie duda de que el hombre de confianza de la princesa se ha ganado con sus revelaciones muchos y poderosos enemigos.