Los devastadores incendios que desde el domingo avanzan en el norte de California (Estados Unidos) han dejado al menos 17 muertos y han arrasado más de 46.500 hectáreas, según los últimos datos facilitados ayer por el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios del estado.

El presidente del país, Donald Trump, aprobó la declaración de catástrofe natural en California por estos fuegos, lo que facilitará la intervención de ayuda y el envío de recursos federales después de que el pasado lunes, el gobernador, Jerry Brown, firmara el estado de emergencia en las áreas afectadas.

Las 17 víctimas mortales confirmadas hasta ayer se registraron en los condados de Sonoma (11), Mendocino (3), Napa (2) y Yuba (1), según datos oficiales. Las autoridades explicaron que al menos 1.500 edificios, entre viviendas y comercios, han quedado destruidos por las llamas en los diferentes incendios que se han extendido por nueve condados del norte del estado.

Al menos 25.000 personas fueron evacuadas en el condado de Sonoma ante las amenazas de las llamas. De ellas, cerca de 5.000 se encuentran en refugios. Los fuegos en las áreas de Tubbs (Sonoma) y Atlas (Napa), que han arrasado más de 10.000 hectáreas cada uno de ellos, son los incendios más grandes de todos los que continúan activos y ayer los bomberos no habían podido controlar ninguno de los dos.

Desaparecidos / La oficina del alguacil del condado de Sonoma explicó que habían recibido informes de alrededor de 200 personas desaparecidas, de las cuales 45 fueron posteriormente localizadas. «Estamos seguros de que muchas de estas personas serán encontradas a salvo y reunidas con sus seres queridos, pero desafortunadamente estamos preparados para más víctimas», añadió en un comunicado.

Los cuerpos de emergencia aseguraban anoche que los potentes vientos que habían contribuido a que los incencios se propagaran por la zona iban perdiendo fuerza, lo que, unido a la bajada de las temperaturas, contribuyó a que los bomberos progresaran en sus labores para controlar los diversos focos. No obstante, las autoridades estadounidenses admitieron que las condiciones de sequía y el viento continuaban siendo un motivo importante de preocupación para contener las llamas.

Los incendios comenzaron, por causas que aún se desconocen, el domingo por la noche sobre las diez de la noche hora local (6.00 GMT del lunes) y se expandieron rápidamente desde el condado de Napa. Estas zonas del norte del estado de California son popularmente conocidas por ser territorio de viñedos y bodegas donde se producen vinos de gran calidad.

Localidad evacuada / Uno de los incendios más violentos se encuentra localizado en Santa Rosa, la ciudad más grande del condado de Sonoma, con una gran franja del norte de la población bajo orden de evacuación y las escuelas cerradas. También han sido evacuados hospitales y negocios hasta nuevo aviso.

En las últimas horas de ayer, los medios de comunicación locales mostraban imágenes de la gran devastación que han provocado las llamas a su paso, destrozando infraestructuras de todo tipo y que se han cebado especialmente con la ciudad de Santa Rosa, de 175.000 habitantes y situada unos 90 kilómetros al norte de San Francisco.

Las autoridades locales advertían ayer a través de su página de Facebook de que los servicios meteorológicos pronosticaban «un retorno de los fuertes vientos a la región» para esta pasada noche, por lo que la situación se preveía que iba a ser «extremadamente peligrosa».