Los últimos rescoldos de la más devastadora ola de incendios que ha padecido Grecia desde la década de los 50, cuando el país comenzó a contabilizar esta plaga, aún humean en la península del Peloponeso, y para el Gobierno de Costas Caramanlis ha llegado la hora de rendir cuentas ante la ciudadanía. Con los socialistas del Pasok pisándoles los talones en los sondeos de opinión, los conservadores de Nueva Democracia deberán someterse al veredicto del electorado el próximo 16 de septiembre con un pesado fardo a sus espaldas.

Un total de 64 personas fallecidas, más de 187.000 hectáreas de bosques, olivares y matorrales reducidas a cenizas entre el viernes de la semana pasada, cuando sonó la alarma, y el martes, y un coste para el país, según las primeras evaluaciones, de 1.174 millones de euros.

SORPRESA EN EL MUNDO Que en un país miembro de la UE desde los 80 mueran decenas de personas en una oleada de incendios estivales ha causado sorpresa en todo el mundo. El elevado número de ciudadanos que han perdido la vida se explica por la voracidad de las llamas, que atrapaba en muchos casos a quienes habían sido enviados a contenerlas o rodeaba de súbito muchas aldeas aisladas, pillando por sorpresa a sus habitantes y cerrándoles el paso en la huida.

Aunque las estimaciones iniciales indican que las llamas han destruido 1.500 casas, los expertos creen que finalmente esta cifra se va a multiplicar por dos. De la misma manera, los griegos que se han quedado sin techo, hasta ahora cifrados en 4.000, acabarán siendo probablemente más de 8.000.

Los fuegos fueron atribuidos por el Ejecutivo a una mano negra que pretende influir en el resultado de los comicios. Los sondeos de opinión, en cambio, indican que los griegos no asumen esa teoría, mientras la izquierda ve en la actitud del Gobierno un reflejo de lo que sucedió en España en marzo del 2004, cuando el Gobierno de José María Aznar intentó distraer la atención de la opinión pública sobre los atentados del 11-M acusando a ETA.

Los organismos internacionales ya se han movilizado para acudir en ayuda de Grecia. El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, sobrevoló el sur del país para evaluar los daños, que calificó de "importantes". La UE ha anunciado un paquete de 200 millones de euros de ayuda urgente, a los que se pueden sumar otros 400.