La lacra de las violaciones en manada se ha cobrado esta semana una nueva víctima y ha elevado un grado más la indignación ciudadana. La agredida es esta vez una joven que fue retenida en una estación de autobuses de Barcelona, pero esta vez, a diferencia de otros casos en que los protagonistas son grupos de hombres que salen de fiesta, la chica fue retenida, violada y golpeada durante dos días en un campamento de chabolas de la capital catalana, Los Mossos d’Esquadra detuvieron el viernes a dos de los cuatro hombres identificados por la víctima, por su presunta relación con la violación múltiple y reiterada que sufrió. También arrestaron a una mujer que habría participado en el rapto.

La policía tuvo conocimiento de la violación y la detención de la joven el pasado martes 16 de julio de madrugada, después de que unos transeúntes la localizaran caminando desorientada y pidiendo ayuda. Estaba aturdida, presentaba hematomas por el cuerpo y sangraba por la boca. Fue trasladada al Hospital Clínic para recibir atención médica y ser visitada por el forense.

El centro sanitario de referencia para las víctimas de violación puso en marcha de inmediato el protocolo por posible agresión sexual e informó a los Mossos, que iniciaron la investigación para aclarar las circunstancias del suceso.

La víctima explicó a los agentes, con la ayuda de un traductor, que no recordaba con exactitud cómo fue conducida hasta el lugar donde la violaron, ya que se quedó dormida en un banco de la estación de autobuses del Nord y al despertar por los golpes que recibió se dio cuenta de que unos hombres la habían llevado a la fuerza hasta un descampado del Poblenou, cercado con vallas metálicas, cerca de las Glòries. Ese sería el lugar donde se produjo el ataque sexual y fue retenida dos días, hasta que logró escapar. En este solar hay un campamento donde vivían los implicados.

IDENTIFICACIÓN FOTOGRÁFICA / Fruto de las pesquisas, los Mossos localizaron el lugar exacto donde la víctima sufrió los abusos e identificaron a diversas personas. La joven, posteriormente, reconoció fotográficamente a cuatro de ellos como los presuntos violadores -dos de ellos, los detenidos, y los otros dos buscados por la policía al cierre de esta edición. También identificó a la mujer que le había maltratado. Del ataque poco recordaba ya que temía haber sido drogada.

Una vez confirmada las identidades, los agentes de la División de Investigación Criminal de los Mossos procedieron el viernes por la mañana a la detención de los dos hombres y la mujer reconocidos por la víctima. Los varones son rumanos y la mujer, española. En la operación, los investigadores encontraron prendas de la víctima en un coche vinculado con los arrestados, según algunas fuentes. Los detenidos pasaron ayer a disposición judicial.

Los policías localizaron a la madre de la joven en Benidorm (Alicante). Esta les aseguró que desconocía que su hija estaba en Barcelona, ya que pensaba que había llegado a Rusia y estaría con su padre. Los Mossos intentarán que la agredida preste enseguida una declaración judicial que evite que tenga que revivir el trauma en el juicio.

La rápida resolución policial por esta violación múltiple se produjo el viernes mientras toda la cúpula de las fuerzas de seguridad de la ciudad se reunía en el Ayuntamiento de Barcelona en el marco de la Junta Local de Seguridad. Uno de los temas abordados fue, precisamente, el de las agresiones sexuales, que figuran en uno de los puntos a combatir según el plan Barcelona, ciudad segura presentado por la Consejería de Interior. Este departamento ha puesto en marcha este verano el programa No en pasen ni una contra las agresiones sexuales. Entre otras medidas, prevé imponer multas administrativas para cualquier tipo de abuso sexual, que incluye hasta el exhibicionismo, que no está penado.

«Hechos terribles»/ La alcaldesa subrayó después de esta reunión en declaraciones a los periodistas que «son unos hechos terribles, una violación múltiple con agresión grave y brutal». «Barcelona -insistió- quiere ser una ciudad antimachista». Y añadió: «Todas las administraciones deben seguir trabajando porque estos hechos deben dejar de producirse. No nos podemos acostumbrar a una violencia estructural contra las mujeres. Desde el ayuntamiento habrá tolerancia cero», afirmó tajante Colau.