El informe de Greenpeace que clasifica a los autores de los fuegos en ocho tipos y culpa a agricultores y ganaderos del 57,5% de los incendios y del 40,4% de la superficie quemada traerá cola. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), de carácter progresista y con más de 90.000 afiliados en España, mostró ayer su indignación por estas acusaciones y anunció que exigirá una rectificación pública y estudiará acciones legales en la reunión de su ejecutiva el 4 de septiembre.

ERRONEO Y TRASNOCHADO "Es un informe erróneo, poco serio, mal estructurado, trasnochado e impropio de una organización por la que siempre hemos tenido respeto", declaró indignado el secretario general de la rama de ganadería del sindicato, Román Santalla.

La UPA advirtió de que el propio informe de Greenpeace reconoce que no se sabe la causa del 57% de los siniestros forestales. "Los ecologistas de salón deben ponerse al día no solo en los informes, sino en la legislación actual y en la evolución que vive la sociedad rural española y la importancia que esta da a la conservación del medio", pidió el responsable de la organización agraria más joven de España y con representación en Bruselas.

Los agricultores, que ponen en entredicho el apoyo del estudio en fuentes del Ministerio de Medio Ambiente y la Guardia Civil, sostienen que la quema de rastrojos está en desuso y que, en todo caso, exige un permiso estricto de la autoridad, en días señalados y teniendo en cuenta la meteorología.

También advierten de que cualquier fuego en un espacio rural recibe rápidamente la inspección de los agentes o un helicóptero.

No es menor la indignación entre los ganaderos. Recuerdan que la regeneración del monte no se hace desde hace muchos años con fuego, sino con máquinas y otros avances tecnológicos.