Crimen para unos. Asesinato por compasión para otros. Suicidio asistido para algunos más. El presentador de la BBC Ray Gosling, de 70 años, es el último de una serie de ciudadanos británicos que ha confesado haber ayudado a morir a un ser querido. En un documental emitido la noche del lunes por la cadena pública, Gosling reconoce que puso fin a la vida de su joven amante, desahuciado a causa del sida, para evitarle los "dolores terribles" que sufría. El método elegido fue asfixiarlo con una almohada.

El presentador cumplió, asegura, el pacto que había hecho con su amante para poner fin a su vida cuando el dolor fuera intolerable. La policía del condado de Nottingham anunció ayer que ha abierto una investigación. Mientras, el grupo Care Not Killing (Cuidar, No Matar) ataca a la BBC por no haber contactado con la justicia.