Una persona de origen subsahariano pasó ayer 30 horas encaramada al vallado fronterizo de seis metros de altura de Ceuta, al que trepó junto a otros tres inmigrantes el jueves alrededor de las 9.00 horas en un punto intermedio de sus 8,2 kilómetros de longitud. El hombre se negó a bajar al suelo para no ser entregado a las autoridades marroquís, el protocolo que aplicó la Guardia Civil con los otros dos inmigrantes que, durante la madrugada de ayer, desistieron de su intento de salto. A las 15 horas del viernes no pudo más, bajó y se le aplicó el protocolo.

La activista Helena Maleno, del colectivo Caminando fronteras, atribuye al "pánico" a ser "devueltos en caliente" a Marruecos la negativa de los subsaharianos a bajar al suelo "poniendo en grave peligro su integridad física". Maleno tilda de "gravísimo" "las continuas violaciones de los derechos humanos" en las fronteras de Ceuta y Melilla.