La mayoría de los inmigrantes prefiere repatriar a sus países de origen el cuerpo de sus seres queridos fallecidos antes que enterrarlos en alguno de los 17.000 cementerios que existen en España. Según ha explicado Emilio Berriatua, director general de la compañía Mémora, líder en el sector funerario en España, el poco arraigo familiar en España y las diferencias en los hábitos funerarios son factores que determinan la repatriación.

Berriatua estima que apenas un 5 por ciento de los inmigrantes residentes en España ha contratado un seguro de decesos en España, entre otras razones porque "pocos piensan que van a morirse en España y la mayoría quiere volver a su país". De hecho, según ha constatado esta compañía, los inmigrantes latinoamericanos "envían dinero desde España para pagar seguros de vida" en sus países de origen que, si bien no cubren la repatriación del cadáver, sí los gastos del féretro y el enterramiento.

Los extranjeros procedentes del este de Europa también prefieren repatriar el cadáver de sus seres queridos, mientras que la incineración, asegura Mémora, es la opción elegida entre los jubilados anglosajones y centroeuropeos que viven en las costas españolas.

Por otra parte, la religión musulmana prohíbe la cremación de los fallecidos y obliga a enterrar los cuerpos sin féretro, en contacto con la tierra y orientados a La Meca. Según el último informe del observatorio andalusí de 2006, en España residen 1.080.478 musulmanes para los que existen once cementerios.