El primer burofax entró el 10 de marzo en las oficinas de Greenpeace. Provenía de José Angel Abad, abogado de promotoras como, entre otras, Inversiones Dos Mares SL, que cuenta con inmuebles en la Manga del Mar Menor (Murcia). "El fotomontaje de la Manga inundada por las aguas publicado en su libro Photoclima --rezaba el escrito-- ha provocado el hundimiento del mercado inmobiliario y de servicios en la zona (...). Les requiero para que procedan a indemnizar el daño causado a mis clientes, que valoro en 6,72 millones de euros. Si en siete días no tengo noticias suyas, procederé a actuar judicialmente contra ustedes".

Después, según la organización ecologista, llegó otro burofax y otro y otro, los cuatro en términos similares, hasta sumar, en total, 27,1 millones. Por el momento. Abad anuncia que "esto no ha hecho más que empezar" y que la indemnización "aumenta cada minuto".

CALENTAMIENTO Y BURBUJA En esta historia se mezclan los efectos del cambio climático, los límites de las organizaciones que lo combaten a la hora de concienciar a la población y una burbuja inmobiliaria que lleva meses perdiendo aire. El pasado noviembre, Greenpeace publicó un libro, Photoclima, en el que utilizaba los informes de la ONU sobre el calentamiento para mostrar, por medio del Photoshop, las consecuencias que el fenómeno puede tener en España si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. La campaña estaba ambientada en el 2050 y presentaba al Ebro convertido en un riachuelo, al parque natural de los Alcornocales (Cádiz) quemado y hecho un secarral o a parte de la Manga del Mar Menor sumergida bajo el mar.

"Todos los propietarios de la Manga, cerca de 20.000, pueden ser demandantes", cuenta el abogado Abad, quien se niega a revelar a cuánto ascenderá la demanda.