Un conductor circula por una carretera y quiere parar a tomar un bocado. Aprovechará para repostar. "Control --pregunta--. De las gasolineras cercanas, cuál tiene el diésel más barato". El ordenador del coche responde de inmediato: "A seis kilómetros tomando el primer giro a la izquierda". Este innovador sistema, diseñado por Centro de Investigación de Inteligencia Artificial de Alemania (DKFI) y puesto a prueba con éxito en varios automóviles de serie, es una de las muchas opciones basadas en la inteligencia artificial que montarán los coches del futuro más próximo. Las posibilidades de internet aplicadas a la conducción serán una auténtica revolución, avanza Wolfgang Wahlster, director del DKFI. "En un par de años".

El sistema inteligente del DKFI, llamado Linguatronic, es un ordenador que se comunica con el conductor mediante altavoces y micrófonos camuflados en el frontal del coche (o en el casco de los motoristas). Estéticamente no es más que una pantalla similar a la de los GPS actuales, pero ofrece muchas más posibilidades: ábreme la ventana trasera izquierda, llama por teléfono a Daniel, quiero escuchar en la radio las noticias del tiempo, busca un hotel en Manresa. La localización de la gasolinera ha sido posible porque el ordenador lo ha buscado en internet de forma automática. Y no lo ha hecho en Google, por ejemplo, sino gracias a Quaero, una red experimental --auspiciada por los gobiernos de Francia y Alemania-- concebida para ofrecer respuestas a preguntas concretas.

"Intentamos mejorar la comunicación entre el vehículo y el conductor mediante un diálogo sin teclado --prosigue Wahlster, que ha visitado Barcelona invitado por el programa de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundació La Caixa--. Nuestro fin es que la interacción entre la máquina y el hombre sea más intuitiva y flexible". Por ahora, el sistema se ha probado en autos de gama alta de Mercedes y BMW, pero el año que viene se montará en 200 coches de otras marcas.

Las posibilidades son amplias. Circulo bajo la lluvia y patino de forma peligrosa al cruzar un vadén. "El coche envía una señal de peligro a todos los situados en un radio de un kilómetro", dice Wahlster. Y un ejemplo más claro: "He tenido un accidente con otro coche --el ordenador lo detecta porque se ha disparado el airbag-- y estoy bloqueando la carretera en un cambio de rasante". El aviso sale de inmediato: "Reduzca la velocidad. Coche parado a 600 metros".

MISMA MARCA En un principio, estas posibilidades solo estarán al alcance de compradores de una misma marca que intercambiarán las redes inalámbricas, pero Wahlster está convencido de que sistemas similares llegarán pronto a todos los modelos. ¿El precio? La comunicación saldrá barata por la generalización del wifi, dice el investigador, y el aparato costará unos 1.000 euros. "Hace tres años pagabas 2.000 euros por un sistema de navegación, pero ahora es 10 veces más barato. Lo mismo ocurrirá con la tecnologia de internet". No serán necesarios sensores en las carreteras, pues bastará una antena en cada coche.

Para evitar robos, será posible aplicar un reconocedor de voz que identifique al dueño. Si está cansado --los ojos se cierran demasiado, por ejemplo-- una cámara lo detectará y lo despertará. Lo mismo sucederá si se desvía de la carretera. Y una última curiosidad: si el conductor está realizando una maniobra compleja, el ordenador será capaz de detectarlo y silenciará posibles llamadas telefónicas.