Los presos con delitos muy graves podrán ser sometidos a vigilancia constante por GPS (localización por satélite) cuando salgan de la cárcel con permiso. A través del aparato se podrá saber con exactitud dónde se encuentra el reo las 24 horas del día. Incluso, en qué calle. El sistema creado por el Ministerio del Interior no puede evitar que vuelva a delinquir, pero sus defensores aseguran que tiene un efecto disuasorio tremendo y que, además, facilita la reinserción en la sociedad.

El responsable de la unidad de vigilancia electrónica de Instituciones Penitenciarias, Nacho Becerril, asegura que el seguimiento constante por GPS puede suponer "toda una revolución" en el sistema penitenciario. Para probar la fiabilidad de los aparatos, han llevado a cabo una experiencia piloto durante seis meses. Los resultados han sido "satisfactorios" y han demostrado que la tecnología es "útil".

El aparato emite una señal a los ordenadores con la posición del reo, que no se puede desprender de la muñequera nunca. Si intenta deshacerse de ella, el ordenador se chiva. Cuando esté implantado, la junta de tratamiento de la cárcel se lo pedirá al juez y éste decidirá si se coloca.