A través del videojuego solidario "Refugee" para móviles, que presentó hoy Intermón Oxfam, todos los ciudadanos podrán ayudar a Aissa a sobrevivir en el campo de refugiados en el que vive junto a sus cuatro hijos, donde escasean los alimentos y los grupos armados son una amenaza constante.

Esta historia no es real pero podría serlo: Aissa es una mujer africana que huyó de su casa debido a una sequía que amenazaba con matar a su familia y actualmente se encuentra en un campo de refugiados de Chad, país que alberga a dos millones de personas llegadas desde la vecina región de Darfur (Sudán), donde estalló un conflicto étnico en 2003.

"Refugee" busca con el caso de Aissa concienciar a los ciudadanos acerca de la grave situación de los refugiados y que la sociedad no olvide los conflictos más alejados y escondidos, según explicó en la presentación la responsable de conflictos y acción humanitaria de esta ONG, Irene Milleiro.

Intermón Oxfam ha decidido emplear las nuevas tecnologías para acercar a la gente una realidad muchas veces olvidada y, sobre todo, a los jóvenes, que son los principales usuarios de los móviles.

Los jugadores no serán simples espectadores, sino que podrán aportar su pequeña ayuda para paliar las necesidades de los refugiados sudaneses.

El videojuego se puede descargar al igual que cualquier otro, con el envío de un sms, pero los beneficios irán destinados a los programas de ayuda humanitaria de Intermón Oxfam en los campos de refugiados de Chad.

Asimismo los jugadores tendrán la posibilidad de "presionar" al Gobierno español para que preste más atención a la crisis de Darfur si envían su firma a favor de incrementar la ayuda humanitaria para este conflicto.

En la pantalla del móvil, Aissa salta y corre por el desierto, busca comida, huye de los guerrilleros y sus cuatro hijos son las vidas de las que dispone en su existencia virtual: cuando éstos mueren, termina la partida.

Actualmente hay en el mundo 8,4 millones de refugiados y 24 millones de desplazados, de los que el 80 por ciento son niños y mujeres, según Intermón Oxfam.