El proceso utilizado por los investigadores recuerda al de la policía tras un robo, buscando las pistas que el ladrón ha dejado en la escena del delito (en este caso el genoma). Con esas huellas, explican, se ha podido identificar al ladrón y luego lo han relacionado con el robo, que sería el cáncer. Así se han identificado las mutaciones o 'ladrones': luz ultravioleta (relacionada con el melanoma), el tabaco (pulmón), la edad...