Un vecino avisó ayer a la Guardia Civil después de encontrar en la ría de Vigo un submarino de unos 10 metros de eslora, sin tripulación y con el motor encendido. Los agentes decomisaron el sumergible con la sospecha de que podría haber sido utilizado para traficar con droga, una práctica inusual en España pero que se empieza a extender en América Latina.

El sumergible, según los agentes, tiene una construcción que no tiene nada que ver con la que se realiza en los astilleros convencionales.

En el 2003, también en Galicia, la Guardia Civil localizó en el mar un batiscafo "de fabricación casera" que tenía unos potentes motores. En aquella ocasión sospecharon que una red colombiana utilizaría un pequeño submarino