La Consejería de Justicia de Cataluña ha abierto una investigación interna para aclarar las circunstancias en las que Andrés Rabadán, de 33 años, conocido como el asesino de la ballesta, se lesionó la semana pasada en su celda de Can Brians. Diferentes fuentes penitenciarias y judiciales confirmaron de nuevo ayer que los funcionarios de la prisión alertaron a la dirección de la posibilidad de que el recluso se hubiera autolesionado para forzar su traslado a un centro hospitalario e intentar fugarse.

Una portavoz de Justicia aseguró ayer que no constaba que Rabadán hubiera intentado fugarse durante el traslado desde Can Brians al hospital politécnico de Martorell y de allí al centro médico penitenciario de Tarrasa. Los servicios penitenciarios sospecharon de las intenciones del preso y advirtieron a la policía autónomica que reforzaran la seguridad en los traslados exteriores de Rabadán. La portavoz de Justicia y un interlocutor de la policía autonómica confirmaron ayer que se reforzó el dispositivo de traslado. "El trabajo de los funcionarios de prisiones también pasa por advertir y abortar un intento de fuga", señalaron fuentes penitenciarias.