Tras echar cuentas, las autoridades de tráfico irlandesas han llegado a este dato: más de dos tercios de las mujeres que murieron en accidentes en el país entre 1997 y el 2006 iban en vehículos conducidos por hombres. El fenómeno, unido a una reciente encuesta que venía a decir que nada menos que la mitad de las jóvenes estarían dispuestas a subirse al coche de alguien que hubiera bebido, motivó que la Road Safety Authority (RSA), el equivalente irlandés a la DGT española, iniciase a comienzos de julio una campaña tan novedosa por su enfoque de género como controvertida porque, según los críticos, criminaliza a todos los varones. Su lema, desde luego, causa impacto: El conduce, ella muere . Así de simple.

"Es muy inquietante que ocho de cada 10 mujeres digan que a menudo sienten miedo cuando van con un hombre al volante --explicó el director de la RSA, Noel Brett--. La encuesta también muestra que no está bien visto que las mujeres pidan al conductor que aminore la velocidad". La campaña, por tanto, trata de concienciarlas de que pueden decirles que pisen el freno, que en ello va su vida, que si algún amigo del pub se ofrece a llevarlas a casa ellas deben contestarle que no, porque él conduciría, pero ella es la que moriría.

Con una campaña tan directa, en la que los hombres ejercen el papel de homicidas y la mujer el de víctimas, las críticas no se han hecho esperar. "Lo que hace es culpar a todo un género y mostrar estadísticas sin ningún contexto --sostenía un artículo publicado en el Irish Times --. Se trata de una generalización desafortunada".

COMPARACION CON ESPAÑA Desde la DGT española se observa con atención la campaña y la polémica que ha generado. Aunque no hay datos sobre qué porcentaje de fallecidas eran ocupantes, sus técnicos estiman que la proporción es similar a la irlandesa. De hecho, no les sorprendería que de las 829 féminas muertas en accidente de tráfico el 2007, unos dos tercios viajaran como acompañantes.

Las encuestas efectuadas en España coinciden en que las mujeres tienen al volante un comportamiento más prudente. La prueba más fehaciente está en la estadística del carnet por puntos. El porcentaje de mujeres que han perdido alguno por sus imprudencias (16%), es mucho más bajo que el de féminas que conducen (39%). Irlanda ha abierto un nuevo frente contra la siniestralidad vial y no sería extraño que España le siguiera los pasos.