El Vaticano no está dispuesto a permitir que los musulmanes puedan celebrar el culto en la mezquita de Córdoba, cuyo recinto forma parte desde hace ocho siglos de la catedral de la ciudad andaluza. El presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el arzobispo Michael Fitzgerald, pidió ayer a los seguidores del islam que "acepten la historia" y les recordó que el Papa visitó la mezquita de los Omeyas de Damasco y rezó ante el mausoleo de San Juan Bautista, "pero no pidió celebrar misa en la mezquita".

Fitzgerald agregó: "Es difícil la convivencia entre cristianos y musulmanes si se pretende remontarse a la historia o pretendiendo la revancha".