La mejoría del torero pacense Israel Lancho, herido gravemente el pasado miércoles cuando entraba a matar a su segundo toro en Las Ventas, se percibe a través del teléfono. Está animado, aunque sigue dolorido, y no quiere dejar de atender a ninguna visita ni a los medios de comunicación que quieren hablar con él. "Es de bien nacido ser agradecido", declara. Ayer dijo que al ver la cogida por televisión se sintió "muy orgulloso. Decidí tirarme al hecho y derecho". Lancho, que pasó seis días ingresado en la UCI, continúa recuperándose de sus heridas en la clínica de la Fraternidad de Madrid, pero la embestida del toro de Palha ya ha pasado a ser un mal sueño y ahora solo piensa en volver, primero, a casa y después, a los ruedos.

-- ¿Cómo se encuentra de salud y de ánimo?

-- Bien. De momento no estoy todavía recuperado, pero estamos en el camino.

-- Durante estos días todo el mundo ha puesto adjetivos a su cogida: espeluznante, brutal, sobrecogedora... ¿Cómo recuerda ese momento? ¿Qué le pasó por la cabeza?

-- Yo sentí que mis tareas estaban hechas. Mi obligación era matar ese toro por derecho, y por derecho lo maté.

-- ¿Fue consciente desde el primer momento de la gravedad de la cornada?

-- No, pero sabía que iba muy tocado, porque no perdí el conocimiento en ningún momento.

-- En una entrevista el día antes de su alternativa confesaba que su vida era el toro y que estaba dispuesto a morir por él. ¿Sigue pensando lo mismo después de esta cornada?

-- Exactamente igual. Esto es un tributo que tienen que pagar todos los toreros. Unos lo pagan antes y otros después, y a mí me ha tocado pagarlo antes. Estas cornadas las tienen los toreros y te hacen sentir torero.

--¿Ha tenido miedo?

-- ¿A perder la vida?

--Sí.

-- No, la verdad es que no. Cuando encaré al toro, lo maté aún sabiendo que me iba a pegar una voltereta. Era consciente de que me la iba a dar, pero de que me pegaría una cornada que me iba a llegar al pulmón, no. Yo sabía que tenía el noventa por ciento de las papeletas para que me diera un revolcón, pero si uno quiere llegar a donde yo quiero llegar no debe dar marcha atrás.

-- ¿Ha visto las imágenes de la cogida?

-- Sí, las he visto hoy (por ayer). No me las querían traer, pero las he visto en los informativos.

-- ¿Qué ha pensado?

--Me siento muy orgulloso porque es una decisión que yo tomé y decidí no abrirme en la suerte a matar, sino tirarme al hecho y derecho, como se mata a los toros buenos y nobles, cuando éste animal no tenía ninguna de esas virtudes. Pero yo decidí hacerlo para demostrar las ganas que tengo de ser torero, porque con ese toro no había tenido opciones de lucirme.

-- ¿Está pensando ya en volver a Badajoz?

-- Tengo muchas ganas de volver a mi tierra, que siempre llevo por bandera y por delante. El jueves me hacen unas placas y después se determinará si me tienen que volver a poner el drenaje o hacerme otras historias. Pero si todo va bien, supongo que para la semana que viene me trasladaran a un hospital a Badajoz. Para volver a casa es todavía muy pronto.

-- ¿Cuando volverá al ruedo?

-- Será cuando yo esté otra vez al cien por cien.

-- Las muestras de cariño tras la cogida han sido innumerables.

-- De toda España. Hasta me ha llamado de Rumanía una señora que conocí el año pasado en Badajoz y que había visto la cogida por televisión.