Las autoridades israelís han negado hoy que bautizarse en el río Jordán suponga un riesgo para la salud. Y para respaldarlo han presentado los resultados de un análisis realizado el pasado domingo sobre la calidad del agual. Israel responde así a las acusaciones lanzadas por la oenegé Amigos de la Tierra Oriente Medio según las cuales deberían prohibirse los bautizos en las aguas del Jordán por el alto nivel de contaminación bacteriológica que presentan.

En un comunicado conjunto, el Ministerio de Turismo y la Administración Civil en Judea y Samaria, el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, señalan que el flujo fluvial a la altura del sitio bautismal de Qaser el Yehud cumple de sobra los criterios del Ministerio israelí de Sanidad.

SATISFACCIÓN DE SANIDAD

La prueba, cuyos resultados cuestiona la oenegé, fue efectuada en el lugar donde, según la tradición cristiana, San Juan bautizó a Jesús, y que unos 100.000 peregrinos visitan cada año desde la orilla cisjordana. El test, que realizó el pasado domingo un equipo medioambiental de la Autoridad Israelí de Parques Nacionales, señala que el agua presenta en ese punto del Jordán 88 bacterias fecal-coliformes por 100 mililitros, muy por debajo del estándar para el Jordán de mil bacterias fecal-coliformes por 100 mililitros de agua.

El ministro de Turismo, Stas Misezhnikov, ha subrayado su satisfacción por los resultados de la prueba y la "gran importancia" que concede a la "sensación de seguridad para los turistas que visitan Israel". Para promover el turismo religioso, el lugar se abrirá completamente al público cuando concluya una restauración en la que Israel ha invertido 1,5 millones de euros. Qaser el Yehud está situado cerca de la ciudad cisjordana de Jericó, pero lo administra Israel, que ocupa dicho territorio palestino.

La oenegé Amigos de la Tierra Oriente Medio no ha tardado en cuestionar la fiabilidad de la prueba. Subraya que los resultados bacteriológicos pueden variar constantemente dado el carácter dinámico de la corriente, por lo que no reflejan la difícil situación que vive el río, que nace en el Mar de Galilea y desemboca en el Mar Muerto serpenteando a lo largo de 217 kilómetros.

"Los niveles de contaminación bacteriológica del río varían cada hora, ya que hablamos de un río que fluye", ha subrayado Sarig Gafny, responsable del Departamento de Ciencias Marítimas del centro académico Ruppin, en el noroeste de Israel. Una afirmación que, a su juicio, corrobora las discrepancias entre el test del que se informó hoy y el efectuado por el Ministerio de Sanidad a principios de esta semana y que llevó al cierre preventivo del sitio.

LA PROHIBICIÓN DEL RITO

El director en Israel de la oenegé, Gidon Bromberg, ha asegurado, además, que Sanidad emplea criterios más laxos para medir la salubridad en el Jordán que en el Mar de la Galilea o en el Mediterráneo. Bromberg ha insistido en que "el bautismo en el río debería prohibirse, por motivos de salud pública y de integridad religiosa" hasta que no "se retiren del bajo Jordán las aguas residuales y otros contaminantes y sean reemplazadas por agua limpia".

Amigos de la Tierra denunció el pasado mes de mayo que el Jordán ha perdido en los últimos años el 98% de su caudal y la mitad de su biodiversidad, por lo que podría secarse el año que viene si los países colindantes no toman medidas.