El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, ha propuesto el pago de entre 1.500 y 1.700 euros a los inmigrantes ilegales tunecinos que se encuentran en Italia y que decidan regresar de forma voluntaria a su país, informan hoy los medios de comunicación del país. La propuesta no ha sido bien acogida por Umberto Bossi, líder del partido federalista y con tintes xenófobos Liga Norte, socio en el Gobierno de Silvio Berlusconi, que ha mostrado su desacuerdo con la idea. "¿Pagar? Yo no les daría nada, los cargaría (en aviones o barcos) y les llevaría de regreso. Y si vuelven los volvemos a llevar a casa", manifestó Bossi en declaraciones recogidas por los medios de comunicación italianos. Frattini, sin embargo, ha precisado en declaraciones al canal por satélite SkyTg24, que el pago de esas cantidades podría ser anticipada por el Gobierno italiano, pero que los fondos se obtendrían de la Unión Europea (UE). La repatriación asistida fue una de las propuestas que Frattini formuló durante la reunión mantenida este viernes con las autoridades de Túnez. Frattini viajó a Túnez acompañado de su homólogo de Interior, Roberto Maroni, para establecer acuerdos con el fin de frenar el importante flujo de inmigración ilegal registrado en los últimos meses desde el país magrebí hacia las costas italianas. En una entrevista con el diario "Quotidiano Nazionale" publicada hoy, Frattini ha explicado que durante el encuentro con las autoridades tunecinas, él y Maroni habían dejado claro la necesidad de repatriar a los inmigrantes ilegales. Con este objetivo, ha señalado que "habían propuesto que para cada tunecino que aceptara voluntariamente la repatriación se destinaría una ayuda económica", con el fin de contribuir su "reinserción social". "La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) da una dote de 1.500 dólares (unos 1.000 euros). Nosotros podríamos superar este importe hasta 2.000 dólares (unos 1.500 euros) o incluso 2.500 dólares (unos 1.700 euros), ofreciendo así las condiciones para que miles de personas regresen", ha comentado Frattini. A Italia han llegado desde finales de enero, según datos facilitados por Frattini, unas 15.000 personas procedentes de Túnez, el primer país del norte de África en el que las revueltas populares provocaron la caída del régimen y que alentó a que se extendieran a otros países de la región, como Egipto.