La cascada de medidas tomadas para frenar el brote de coranavirus llevan camino de paralizar buena parte de la actividades del norte de Italia. En Venecia se ha suspendido el Carnaval, en Milán cierran las escuelas y los espectáculos mientras ya son cinco las regiones afectadas en las que se han detectado 132 infectados. Aún no se ha dado ninguna indiciación sobre si acudir el lunes a trabajar, aunque algunas autoridades ya han recomendado tirar del teletrabajo siempre que sea posible.

A media mañana se conocía la aparición de dos positivos en Venecia. Poco después las autoridades del Veneto han anunciado la suspensión de las actividades programadas de su célebre Carnaval a partir de este lunes y hasta el próximo 1 de marzo incluso. Cualquier acto, aunque sea deportivo y al aire libre queda vetado en la ciudad de los canales.

Tampoco la primera división italiana (la serie A) se ha librado. Tres partidos previstos este domingo han sido suspendidos, entre ellos el Atalanta-Sassuolo, que se iba a celebrar en Bérgamo, la misma ciudad donde el Valencia se enfrentó al Atalanta el pasado miércoles en la Champions. Nápoles, la ciudad a donde tiene un cita el FC Barcelona en la misma competición el próximo martes, está libre del virus. Por el momento.

Milán, la más afectada

Otro partido suspendido es Inter de Milán-Sampdoria. La capital de la Lombardía, en cuya área metropolitana residen más de cuatro millones de personas, es la más afectada por la medidas excepcionales.

Todos los eventos deportivos, las escuelas y los cines y teatros cerrarán durante una semana. La semana de la moda también se ha visto alterada. El diseñador Giorgio Armani ha decidido celebrar a puerta cerrada, sin la presencia de público, los dos desfiles previstos para la tarde de este domingo a causa del coronavirus. En un comunicado, la firma señala que la medida pretende "salvaguardar el bienestar de todos sus invitados".

Los aislados

Pero la peor situación se vive en las 10 poblaciones de la Lombardía y en una del Véneto que están aisladas desde el viernes. Sus calles están vacías, en lo que más puede parecerse a un estado de excepción. La policía se está desplegando para evitar que sus habitantes se vayan y el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, ha advertido utilizará el ejército si es necesario. A quiénes osen desobedecer se les aplicará el código penal.