Michael Jackson, autoproclamado rey del pop, ha tenido que vender 210 millones de discos antes de caer en la cuenta de que lo suyo no es ese género. "No me gusta", declara en la revista Bunte, tratando de explicar por qué se compró dos CD de música clásica y ninguno de pop en Berlín. Con esta afirmación y tras el escándalo que provocó al balancear a su hijo, una pregunta sigue en el aire: ¿qué le está pasando a Jackson?